El sector del jamón de cerdo blanco ha sufrido una gran transformación desde nuestros orígenes. Se ha pasado de la elaboración tradicional y artesanal con perniles de calidad media – alta, a la producción a gran escala de de forma totalmente industrial y artificial, de jamones de calidad mediocre como producto de oferta reclamo de las grandes superficies alimentarias.

Nuestra filosofía de empresa y de negocio es una total apuesta por la calidad y nuestros principios chocan con la tendencia anteriormente descrita.

Los jamones de cerdo blanco que comercializamos proceden de cerdos de gran calidad, siempre de hembras y machos castrados, con buena genética y una alimentación basada en piensos naturales (cebada, maíz y trigo). Su sacrificio, se lleva a cabo siempre en el momento óptimo de edad y peso, esto da a lugar a jamones con una aptitud cárnica de gran calidad, textura estructurada, sin excesos de agua, color rosáceo, con infiltración de grasa y el tocino necesario para curaciones largas, pues todos nuestros jamones entran en la categoría de Gran Reserva, es decir, que cuentan con una curación mínima de 15 meses.

Con curaciones largas y sosegadas conseguimos que se produzcan reacciones bioquímicas y enzimáticas en el interior del jamón que transforman la carne en un pernil con unas cualidades organolépticas superiores, es decir, se mejora de forma natural el potencial aromático del jamón y por supuesto el sabor del jamón, equilibrado en salazón, jugosidad, textura y grasa.